La gestión responsable y la gestión sobresaliente están íntimamente ligadas porque ambas persiguen el mismo fin: la sostenibilidad de la organización en un entorno sostenible. Ahora sí, se ha impuesto, al menos en Europa, e impulsada por los inversores y el regulador, la necesidad de que la sostenibilidad de las organizaciones y la sostenibilidad del entorno (medioambiental, pero también económica y social) se condicionen mutuamente. No es de extrañar, por tanto, que converjan los diferentes referenciales de responsabilidad social, calidad y gestión sobresaliente. Sirvan como ejemplo, las referencias explícitas a aspectos de responsabilidad social que se mencionan en los conceptos clave del nuevo Modelo EFQM, que entró en vigor en 2020: 

✓ Comprender el ecosistema:

“Una organización sobresaliente examina y comprende su ecosistema, incluidas las megatendencias, y las consecuencias en él de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.»

La organización sobresaliente no sólo controla su impacto en el ecosistema y en los ODS, sino también las interrelaciones entre el entorno global (megatendencias) y su mercado / ámbito de actuación y de éste con sus grupos de interés.

✓ Coherencia con el propósito:

«Una organización sobresaliente comprende la importancia de que su propósito sea reconocido como beneficioso para su ecosistema»

El Modelo EFQM gira alrededor del ‘‘propósito’’ de la organización (por qué y para qué existe la organización), que debe servir de base para gestionarla de forma coherente y consecuente. Todos los enfoques, procesos, proyectos, planes, estructuras, relaciones, etc. deben desplegar el ‘‘propósito’’ y evidenciar su contribución al mismo. Aquí el nuevo modelo incorpora conceptos que ya se asumían desde los referenciales de RSC.

✓ Cultura de la organización y liderazgo:

«Una organización sobresaliente: 

-Transmite los comportamientos deseados en cuanto a ética, integridad y conciencia social, asegurando que sus personas incorporan estos comportamientos deseados en sus propias actuaciones. 

– Manifiesta y promueve la preocupación por el medioambiente y la escasez de recursos, alertando sobre la importancia de ser socialmente responsable con el entorno”

En el nuevo Modelo EFQM, el concepto clásico de ‘‘liderazgo jerárquico’’ evoluciona hacia el ‘‘liderazgo organizativo’’, más participativo, en el que todas las personas contribuyen, independientemente de su posición en el organigrama, al propósito de la organización. Esta, a su vez, actúa y es reconocida como líder en su ecosistema.

✓ Implicación de los Grupos de Interés:

«Una organización sobresaliente:

– Establece canales de comunicación que facilitan a sus clientes interactuar con la organización….

– Se adapta a los cambios en las necesidades y expectativas de sus empleados actuales y futuros, teniendo en cuenta, por ejemplo, el cambio en sus expectativas sobre la cultura y liderazgo, la paridad y el equilibrio de género, la diversidad e inclusión, o el entorno de trabajo deseado.

– Es transparente y rinde cuentas a inversores y reguladores, estableciendo y manteniendo un alto nivel de confianza en todo momento, 

– Usa su propósito, visión y estrategia para comprender y enfocar de manera clara cómo contribuir a su comunidad.

– Se asegura de que sus partners y proveedores clave actúen alineados con su estrategia y de que la relación con ellos se establece en base a la transparencia, integridad y responsabilidad mutuas y se mejora.

Implicación para que contribuyan efectivamente a la consecución de los ODS, sí, pero también en el co-desarrollo del valor que genera la organización.

✓ Creación de valor sostenible:

«Una organización sobresaliente diseña la propuesta de valor y los sistemas para crearla, reflejando el ciclo de vida de los productos, servicios y soluciones, de manera responsable, el impacto en la salud, seguridad pública y medioambiente»

El producto, servicio o solución creado ha de ser sostenible. Aquí entra de lleno la RSC de la organización. Pero previamente hay que crearlo, es decir, hay que diseñar, comunicar, vender, elaborar y entregar “valor”, así como implantar una experiencia global de “algo que me diferencie de lo que hacen los demás”. Si no, tarde o temprano la organización dejará de ser sostenible porque dejará de existir. En muchas organizaciones, la RSC no entra en la cadena de valor y se queda en el reporte de los resultados o en la optimización de recursos, pero no en el despliegue de un enfoque estratégico.

✓ Aprovechar la tecnología y la información:

«Una organización sobresaliente evalúa y gestiona el ciclo de vida completo de las tecnologías existentes y emergentes, basándose en los principios de la economía circular, para maximizar el beneficio para todos.»

«Una organización sobresaliente garantiza que los datos, información y conocimiento se tratan y utilizan de manera ética, respetando las necesidades y derechos de quienes los proporcionan.»

Las organizaciones socialmente responsables tienen aquí un importante reto. La administración no legisla al mismo ritmo que lo hace el desarrollo de las tecnologías de la información. La toma de decisiones de negocio acertadas se basa, cada día más, en el conocimiento y la información generada a partir de datos, que se han de obtener de forma ética, sin aprovechar los vacíos legales pendientes de solución.

✓ Resultados predecibles:

«Una organización sobresaliente mide cuáles son las percepciones en relación a:

Clientes:

– La marca y reputación de la organización, incluyendo su impacto social y ambiental.

– El uso de la tecnología por la organización, para aportar valor sostenible.

Personas:

– El compromiso y los logros de la organización en cuanto a paridad y equilibrio de género, diversidad e inclusión. 

– El apoyo de la organización a la conciliación entre el trabajo y la vida familiar. 

– Apoyo prestado a las personas, empoderamiento, reconocimiento y desarrollo profesional. 

– El ambiente de trabajo, la remuneración y los beneficios. 

– La reputación de la organización, incluyendo su papel de líder en su ecosistema. 

– La comunicación interna. 

– La atracción y retención del talento.

Inversores y reguladores:

– La gestión financiera, la seguridad y la sostenibilidad de la organización. 

– La estructura de gobierno, transparencia, responsabilidad y comportamiento ético. 

– La responsabilidad social y ambiental. 

– La gestión de riesgos y cumplimiento normativo (compliance). 

– La marca y reputación de la organización.

Sociedad:

– La capacidad de la organización para satisfacer las expectativas de su comunidad. 

– El impacto que la gobernanza de la organización y su nivel de transparencia y comportamiento ético tienen sobre la comunidad. 

– El impacto que las operaciones de la organización tienen sobre la comunidad. 

– La sostenibilidad de las contribuciones de la organización a la comunidad por sus prácticas económicas, sociales y ambientales. 

– El compromiso de la organización para avanzar hacia la economía circular. 

– El compromiso y logros de la organización en reducir la desigualdad, en incrementar la diversidad e inclusión y en alcanzar el equilibrio de género.

Partners y proveedores:

– El compromiso social de la organización.

– El compromiso y logros alcanzados en el avance hacia la economía circular.

– La estructura de gobierno, transparencia y ética de la organización y sus prácticas.

– La sostenibilidad de la relación entre la organización y sus partners y proveedores claves.

Vemos que el modelo EFQM recoge, como ejemplos propuestos de resultados de percepción, una buena parte de los indicadores de rendimiento que habitualmente se utilizan en los reportes actuales de sostenibilidad (GRI, IIRC, EINF…).

En el entorno VICA (Volatil, Incierto, Complejo y Ambiguo) en el que las empresas tienen que desarrollar su actividad, esperar acontecimientos y dejarse llevar no es una opción hoy en día. Las medidas predictivas se hacen, al menos, tan necesarias como los indicadores de resultado de negocio o los que se reportan de acuerdo con los referenciales de responsabilidad social.

Por lo tanto, en mi opinión, una gestión sobresaliente ha de ser, necesariamente, responsable de acuerdo con el Marco EFQM. Pero, ¿y al revés? Creo que no exactamente, ya que una gestión sobresaliente ha de ser también ágil, enfocada al futuro y a la transformación de la organización, que aspire al liderazgo en su esfera de influencia y que recoja, además de los resultados de rendimiento, las percepciones de todos sus grupos de interés clave.